Responsabilidad Social Corporativa en la farmacia: pequeños gestos con grandes resultados

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Responsabilidad social corporativa RSC

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¿Conoce el término Responsabilidad Social Corporativa? Es un concepto con gran implantación en grandes empresas pero que comienza a darse a pequeña escala y que también podemos aplicar en nuestra farmacia.

¿Qué es la Responsabilidad Social Corporativa?

La Responsabilidad Social Corporativa está ligada a la globalización y al marketing, y contribuye a formar una imagen de marca. Desde el portal especializado en marketing digital Foromarketing.com, la definen así:
Es la contribución activa y voluntaria de las empresas al mejoramiento social, económico, ambiental y de los derechos humanos. Englobamos bajo este concepto de marketing un conjunto de prácticas, estrategias y sistemas de gestión empresariales que persiguen un nuevo equilibrio mundial  
Aunque términos como «medio ambiente» o «derechos humanos» nos puedan parecer muy grandilocuentes y desvinculados de un pequeño negocio, no es así. La Responsabilidad Social Corporativa es preocuparse del entorno que rodea a la empresa con pequeños gestos en el interior y hacia el exterior que, a la vez, configuran nuestra imagen de marca. Está creciendo tanto en las administraciones como en las empresas por la demanda de los consumidores, pero también por la ética y rentabilidad social.

¿Cómo aplico la RSC a mi farmacia?

Pongamos algunos ejemplos para que no se vea como algo tan abstracto:
– Comercializar productos de parafarmacia no testados con animales, o bien que no tengan origen animal (veganos).
– Acudir al trabajo en transporte público o en bicicleta siempre que sea posible.
– Si compramos vehículo de empresa, adquirir uno eléctrico o que utilice combustibles alternativos más limpios (gas, hidrógeno); en este apartado hay que señalar que un coche de empresa sólo puede declararse si es una sociedad mercantil para productos de parafarmacia, no en otro caso.
– Hacer donaciones a ONGs que defiendan causas que apoyemos: esto es a título personal del titular de farmacia, con una desgravación de IRPF del 75% en los primeros 150€.
– Usar energías renovables: por ejemplo, si tenemos una farmacia rural podemos usar paneles solares.
Reciclar: medicamentos, envases, papel y cartón, etc.
– Apoyar proyectos de micromecenazgoayudar a financiar proyectos de investigación.
– Participar de la vida social del entorno: montar un stand en las fiestas del barrio, organizar charlas en colegios.
– Apoyar campañas solidarias: de recogida de ropa o de alimentos, poniendo si es posible un punto de recogida en nuestra farmacia.
– Hacer una gestión responsable de los recursos humanos en nuestra farmacia (el «salario emocional«, al que ya le dedicamos un artículo).
– Fomentar la formación continua de nuestros empleados.
– Trabajar con banca ética: entidades financieras que no se guían exclusivamente por el criterio del máximo beneficio y la especulación, sino que financian proyectos que generen directamente bienes o servicios.
Son pequeños gestos que no suponen mucho para la farmacia pero que dan al negocio una identidad que representa los valores de los que forman parte de ella. No son acciones que deban hacerse de cara a la galería, pues el objetivo de la RSC no es buscar un retorno inmediato; una imagen social honesta acaba por mejorar la reputación y fidelizar a la clientela.

Principios de la Responsabilidad Social Corporativa

Como vemos, la RSC se puede plasmar de múltiples formas, pero para aplicarla correctamente hay que hacerlo con una serie de reglas, relacionadas unas con otras. Hay 5 principios que rigen la Responsabilidad Social Corporativa, como señala el  Observatorio de la RSC:

1. Cumplimiento de la ley

Tomar decisiones siempre respetando la legislación pertinente.

2. Globalidad y transversalidad

La RSC debe estar presente en todas las áreas del negocio (empleados, distribuidores, local).
Es decir, la idea global debe extenderse por todos los ámbitos que implican tener una farmacia, desde los trabajadores, a la propia oficina, los productos que ofrecemos, etc. En otras palabras, aplicar una RSC no es simplemente reciclar o usar bombillas de bajo consumo, va mucho más allá.

3. Ética y coherencia

Hay que ser coherente y hacer que las acciones que tomemos nos lleven hacia los objetivos planteados de forma continuada en el tiempo.
Este es un esfuerzo que hay que mantener, es contraproducente dar cambios bruscos en la imagen de marca porque confunde al cliente. Partimos de la base de que el empresario plasma sus convicciones en la RSC de su empresa, pero también hay que ser realistas (y esto enlaza directamente con el siguiente principio).

4. Gestionar los impactos 

Identificar y prevenir las posibles consecuencias que nuestra RSC pudiera tener para que no afecte negativamente al negocio.
Por ejemplo, si no conseguimos que nuestros clientes no compren los productos de parafarmacia veganos que ofrecemos, quizás hay que buscar alternativas para que el negocio no tenga pérdidas.

5. Satisfacer expectativas y necesidades

Trabajar para satisfacer las expectativas de la empresa sin dejar de lado las necesidades de los clientes.
Hay muchas pequeñas empresas que están trabajando en el campo de la RSC sin saber que lo están haciendo. Quizás usted la esté practicando en su farmacia y no haya reparado en ello; si no es así, considere aplicarla, pues es una oportunidad para que su farmacia crezca en lo económico y en otros aspectos inmateriales que también contribuirán a la buena marcha del negocio.

farmarockero

El Farmarockero, un ejemplo de RSC

Un caso muy claro de actividad de Responsabilidad Social Corporativa aplicada a la farmacia es el de Jon Ruiz, también conocido como el «Farmarockero«, al que entrevistamos hace un tiempo. Jon es un farmacéutico de Cantabria que recibió el encargo de impartir charlas higiénico-sanitarias a niños de 3 a 5 años.
Pero Jon no quiso quedarse en una simple charla, fue más allá y decidió musicalizar estos consejos para que el mensaje calara mejor entre los niños: acabó editando un disco que se vende en todas las farmacias de Cantabria, cuya recaudación va destinada íntegramente a una ONG para niños autistas. Un ejemplo de alguien que da a su profesión un valor añadido y aporta cosas positivas a su entorno, al mismo tiempo que se crea una imagen de marca.
Aquí en Gómez Córdoba también tenemos en cuenta la Responsabilidad Social Corporativa y hemos participado en varias ocasiones en campañas de recogida de alimentos como la que promueve la Asociación Ayudar a Quien Ayuda todas las navidades.
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