Desde Gómez Córdoba | Expertos en compraventa de farmacias, queremos plantearle una reflexión sobre un tema que puede afectarle como titular de farmacia. Es probable que en las últimas semanas haya escuchado un término que hasta ahora había sido ajeno al mundo de la farmacia: home delivery. Esto se traduce del inglés como “entrega a domicilio”.
Un concepto este de la entrega a domicilio que hasta hace más bien poco asociábamos por encima de todo a la comida rápida. Desde hace unos pocos años nos estamos acostumbrando a recibir en la puerta de casa casi cualquier tipo de artículo; la influencia del modelo de Amazon es tal que las pymes están cayendo como moscas en algunos sectores, las tiendas de barrio desaparecen porque ya ni siquiera es necesario ir al supermercado para hacer la compra.
De la comida rápida a la farmacia
Como era de esperar, esta tendencia ya está introduciéndose también en el sector de la farmacia y, de nuevo, es en el mismo sentido: el pez grande se come al pez pequeño. Un gigante como Alliance Healthcare plantea implantar sistemas de distribución de medicamentos desde los hospitales a los domicilios, dejando de lado a las farmacias (la empresa recientemente ha salido al paso de las críticas recibidas). En Estados Unidos, Reino Unido y Holanda ya se pone en práctica.
Pero hay que hacer una distinción. No debe compararse una comida, un libro o una cámara de fotos con un medicamento. Son artículos de naturaleza e importancia diametralmente distinta que no se pueden tratar de la misma manera.
Un medicamento es un producto que influye sobre nuestra salud y que no se debe dispensar de cualquier manera. El farmacéutico, de forma presencial, tiene capacidad y potestad para recomendar y asesorar al cliente. Con el home delivery, se pasa por encima de esta etapa, se obvia, y el cliente se queda sin ayuda.
¿Y las farmacias?
El desamparo del cliente no es la única razón. ¿Qué ocurrirá con las farmacias? ¿Por qué no se las protege? Hacienda lleva varios meses con Amazon en el punto de mira y pretende gravar sus ventas con la intención de proteger al pequeño comercio. La Comisión Europea pretende imponer una nueva tasa de entre el 1% y el 7% de sus ingresos a las tecnológicas que facturen más de 750 millones de euros a nivel mundial y un mínimo de 50 millones en la Unión Europea.
Que estas medidas se conviertan en una realidad aún está por ver, pero al menos parece que hay una intención de regular. En lo que concierne a las farmacias y el home delivery, la Administración también debe intervenir y protegerlas: si no se hace algo pronto, estas corren peligro de perder mucho mercado si empiezan a ser excluidas del circuito de suministros de medicamentos a los pacientes.
Objeto de estudio en algunas CCAA
La distribución a domicilio de medicamentos ya está siendo objeto de estudio en algunas comunidades autónomas como Navarra, Castilla y León, Canarias o Comunidad Valenciana. La farmacia es un negocio privado de utilidad pública, con redes bien distribuidas para cubrir la asistencia a la población y al mismo tiempo un agente económico que crea empleo; por eso, si ya tenemos un modelo que garantiza la prestación farmacéutica a la población, ¿por qué ahora se piensa en un modelo que debilita el papel de la farmacia? Si se busca mejorar la atención al paciente, seguro que existe una solución que no aplaste a una de las partes.
Los medios especializados tratan casi a diario de las diferentes posturas respecto al home delivery. Los colegios farmacéuticos se mantienen alerta admitiendo que el programa tiene «difícil implantación», mientras juristas argumentan que este servicio tiene muy poca base legal que lo sostenga y distribuidoras como Cofares se muestran totalmente en contra. A pesar de todo algunas autonomías escuchan con interés las propuestas de Alcura o Grupo Pulso.
Sin duda hay casos excepcionales en los que son necesarias condiciones especiales de gestión y distribución de los medicamentos, pero esos son casos concretos, puntuales. El sector de la farmacia no puede estar justificando su labor constantemente. La atención directa del profesional de farmacia permite detectar situaciones que no se pueden valorar de otras formas y los farmacéuticos son profesionales cualificados que se han ganado su posición a pulso, poniendo en riesgo su propio capital.
El home delivery acaba de llegar y ya se postula como una nueva amenaza más para la farmacia. Es hora de que las administraciones tomen parte y comprendan que la salud no se vende al mejor postor.
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*artículo publicado originalmente en el Boletín nº11/2018 de AMAF.