Alcubierre es un pueblo de la provincia de Huesca (Aragón), situado en un enclave imponente como es la comarca de los Monegros. A una media hora de Zaragoza y de Huesca, este pequeño municipio de unos 360 habitantes ofrece la oportunidad única de trabajar como farmacéutico en un entorno tranquilo, con un horario envidiable y con una estabilidad económica que ya muchos quisieran.
En Gómez Córdoba pudimos charlar con la titular de la única farmacia del pueblo, cuya experiencia como farmacéutica rural sólo le ha dejado buenos recuerdos.
Su historia con Alcubierre comienza en 1990. Por aquel entonces, este municipio ni siquiera tenía farmacia. Nueve años más tarde de la solicitud, se le concedió la apertura de su botica y desde entonces ha estado ofreciendo un servicio que ha cambiado el pueblo para bien.
¿Por qué recomendarías a un farmacéutico comenzar una nueva aventura en una farmacia rural?
Porque es como más se aprende: todo el tiempo tomas tú las decisiones y por ello, estás más despierto en la labor diaria; hay más tiempo para atender a los pacientes, para formarnos como profesionales, y el contacto con el médico también es muy importante y accesible. Además, el sueldo que se gana siendo tu propio jefe es superior al que se paga por convenio.
¿Cómo es el día a día en la oficina de farmacia de Alcubierre?
Lo cierto es que el día se hace corto (vine para seis meses y llevo 21 años, ¡se pasa volando!). Hay que trabajar en la oficina de farmacia y también dedicar tiempo a actualizarte. Distribuyes tú mismo el tiempo empleado, los libros, los pedidos, etc. Una gran ventaja es que puedes ir a tu ritmo.
¿Qué ventajas consideras que tiene la vida en un pueblo con respecto a una ciudad?
Pues la tranquilidad con la que se vive, el estrés no es nada frecuente, por eso es más fácil atenderles.
La labor asistencial de las farmacias, ¿crees que se acentúa en las rurales?
Sí, desde el momento en que se tiene más tiempo para atenderles y te interesas más por cómo está el paciente, surge la charla que te orienta a los problemas de salud que incluso, habían pasado desapercibidos, mal tratados o directamente ignorados. Todo eso lo detecta el farmacéutico en el trato de tú a tú.
¿Cómo es el trato con los clientes?
Muy bueno. Al final de los años los conoces a todos y valoran mucho la presencia de un farmacéutico, les da seguridad y tranquilidad. Muchas veces me dicen “si es que sabes más que el médico” y yo les contesto que lo que ocurre es que tengo tiempo, les escucho y estoy allí para ayudarles.
Cuéntanos un poco más sobre Alcubierre y cómo se vive en el pueblo
Es un pueblo de gente trabajadora, se vive de unas 80 explotaciones ganaderas que siguen creciendo en número y que dan trabajo a muchas familias. También se vive de la agricultura y de otros oficios como la fábrica artesanal de chimeneas, obrador de panadería, repostería y turrones. Hay colegio, biblioteca, consultorio médico de lunes a viernes, bancos, peluquerías, camping municipal, piscina municipal, taller, gasolinera, bares (dos de ellos restaurante), y residencia de mayores.
En verano las fiestas son el 26 de julio (Santa Ana). Recibimos veraneantes sobre todo de Francia y de Cataluña, y como estamos muy bien comunicados, muchas familias vienen a pasar los fines de semana. También tenemos un torneo internacional de ajedrez al que han acudido campeones mundiales como Karpov.
¿Qué es lo que más te gusta de Alcubierre?
Pues lo que más me gusta es que no ha cambiado: yo soy madrileña y me he adaptado muy bien a sus gentes y costumbres. Mis hijas, por ejemplo, vinieron al colegio del pueblo, las traje con corta edad y se han criado aquí. Tenemos buenos recuerdos de su infancia.
¿Consideras que ser farmacéutico rural te ha aportado algo diferente que no tienen tus compañeros de profesión en las ciudades?
Seguramente lo vivido y aprendido ha sido más intenso, se puede decir que me he formado aquí. Trabajando para otra persona no hubiera tenido ni tiempo, ni dinero para hacer los más de cien cursos y cinco Máster que he hecho, ni hubiera podido criar a mi familia ni comprarme mi casa.
¿Actualmente vives en Alcubierre?
Ahora no. Desde hace 14 años vivo en Zaragoza, tardo sólo media hora en llegar a trabajar. Abro la farmacia en horario continuo, a las 16.30h cierro y a las 17h ya estoy tomando café en casa. Todo un lujo de horario que hace años era partido.
Cuéntanos cualquier otra cosa que creas importante señalar sobre tu farmacia rural
Las guardias, se hacen localizadas, solo una semana al año. De forma consensuada con el Colegio se nos permite trabajar 6 horas al día, de lunes a viernes, pero el horario se puede modificar una vez al año y si se quiere se puede abrir sábados también.
En el pueblo, como ya mencioné, hay residencia de mayores para 45 camas. Existe un proyecto de ley del Gobierno de Aragón que procurará la elaboración de SPD (Sistema Personalizado de Dosificación) a estos mayores, dando prioridad a la farmacia más cercana al centro, que es la mía. A los dos años pasaría a la siguiente y así sucesivamente. Cuando comience a aplicarse este proyecto, mi farmacia de Alcubierre será la primera en tener la concesión para ofrecer este servicio.